UNA AMENAZADORA SOMBRA

LO QUE OCURRIÓ UNA NOCHE DE VERANO

Por donde empezar, siempre es difícil cuando no se tienen del todo las cosas claras y esto sucede en la mayor parte de las cosas importantes. Pero hoy en día vivimos de espaldas a esta verdad tan aterradora. Hemos de morir: si, pero no somos plenamente conscientes de todo lo que significa. Estamos inmunizados contra la espera en la confianza de que nunca va a ocurrir nada y esta nada, por supuesto, incluye todo aquello en que jamás se os ha ocurrido pensar: LO INSÓLITO.

No entra dentro de nuestras expectativas encontrarnos con algo que nuestro cerebro nunca haya procesado. Simplemente las fronteras de nuestra existencia son inexpugnables ante lo extraño. Mas allá de lo sabido o prensentido, que es una forma de saber tacita, no existe nada, sino un extraño y angustioso vacío. Pero y si no fuera así……

Siempre pensamos que a nosotros no nos pude ocurrir. “Eso” son cosas que dicen que sucedieron a otros; auque nunca se sabe de cierto a quíen ha ocurrido. Si, con su nombre y referencia concreta.

Puede ser que sean historia que se cuentan para generar un cierto clima de misterio: para hacernos salir de nuestro aburrimiento cotidiano. Pero es imposible que a un hombre cuerdo y racional le ocurra algo parecido. Pero divago en exceso, os tengo que sacar de vuestro error.

Si, es algo que sucede. Muy de vez en cuando, es cierto; sino no podríamos vivir con tantos sobresaltos: perderíamos todos la cordura . Y el mundo seria mas loco de lo que ya es. No sabríamos a que atenernos. Viviríamos con el corazón en un puño.

Pero cuando una puerta del misterio se abre, nunca se sabe  de antemano a donde nos conduce. Es sobretodo imposible que podamos prever algo así. Por eso hablamos de lo insólito: es decir, lo raro. Lo muy infrecuente.

Pero sin mas dilación paso a narrar mi historia, ahora que todavía estoy a tiempo. Desconozco cuanto falta para que desaparezca y que es lo que va a ser de mi. Incluso desconozco si tendré suficiente energía mañana para ponerme a relatarlo Ni tan siquiera para ponerme en situación de recordarlo De hacer acopio de esas experiencias tan extraordinarias que sin duda a un hombre cuerdo exigen un alta esfuerzo de comprensión.

Así que he encendido todas las luces de mi casa. Es necesario que huya de las sombras, que no deje el mínimo resquicio por donde puede entrar el misterio. Es inutil no pretender estar solo, pues cuando esa sutil niebla me rodea, poco a poco, o de súbito, permanezco ajeno a todo; ni oigo; ni siento, a lo mas,y hasta ahora, solo presiento a los demás. Es como si un cierto estremecimiento me enunciara que alguien esta cerca.

Pero he podido comprobar que cuando he vuelto, cuando me he patentizado, es decir, me he corporizado ante los demás  ninguno me había echado en falta y ninguno sabia de donde venia, o donde estaba. Para ellos el misterio era mayor que para mi. Así que puestos a dudar se su cordura, todos preferían dudar de la mia.

Pero sin duda es hora de que empiece a contar esta historia, para que pueda ser entendida, para que pueda servir a alguno de preaviso. Os recomiendo encarecidamente una cosa: ¡huiz de las sombras. Existe un mundo más allá de este, que esta hecho de sombras, cada vez mas espesas. Donde un hombre, o cientos, o miles, se pueden perder sin que se vuelva a saber, nunca jamas, nada de ellos. Se pierde la memoria de su existencia. Pero aunque no lo creáis, a mi me consta, que continúan en una dimensión paralela, donde nada interacciona con nada, y todos y cada uno presienten la inmediatez del otros. Una inmediatez aterradora.

Permanecen encerrados en el vacío más absoluto; un vacío de espacio y tiempo, donde no llegan las caricias, ni las palabras de aliento, ni esa sensación tenue de calor que nos anima a querer seguir viviendo. ¿Cómo os lo comunicaría? Imaginaros las soledad mas profunda, aquella en la que a duras penas podéis tener ni el mínimo atisbo, ni siquiera, de que estáis acompañados de vosotros mismos. Notáis como el vacío que vosotros ocupáis. Es inútil todo intento de querer tocaros; de miraros en un espejo; inútil provocaros algún daño para tener alguna certeza de vuestra existencia. Y sin embargo, si “eso” se puede llamar así; como diría el filosofo Descartes, es claro y distinto, evidente que sois vosotros lo único que probablemente existe; aunque es imposible que sepáis en que consiste ese existir; que es lo que sois ahora vosotros. Una cosa si que está clara, AUNQUE EL DECIRLO SEA UN OXÍMORÓN, SOIS SOMBRAS.

Y todo empezó una noche de verano….. Una noche como otra cualquiera, Más bien clara.Había luna nueva. brillaba, con el insultante candor de una novia desflorada. Sin gozo y sin esfuerzo, había trascurrido el día. Nada hacia presentir los acontecimientos. Hacía calor, si; pero no más que otras noches del tórrido agosto del dieciséis. un ligero olor a madera quemada fluía en el ambiente. Ya se sabe, hay quién pretende reducirlo todo a cenizas. No tuvieron bastante con el incendio de Roma. Otra vez los cristianos nos anticipan su noción del infierno. Pero yo os garantizo un infierno mas frío y aterrador. Si, porque la sombra siempre va acompañada de esa sensación gélida que penetra, atraviesa los huesos y te congela eso que los creyentes llaman alma.

Es un frío distinto, jamas lo habéis percibido. Es la quintaesencia del frío, la ausencia de energía, el frío absoluto, Cuando los físicos hablan de la “energía oscura” tratan de imaginar algo parecido; pero no lo consiguen. Ninguna fórmula puede establecer o calcular la posibilidad de una mínima transacción, ni con la materia normal, ni con la propia materia oscura. Así que dejemos esas cavilaciones sesudas para los que gustan meterse en esos berenjenales; soñar mundos imposibles y darles realidad, aunque sea matemática. Pero yo os hablo de otra cosa.

De la cosa por excelencia, porque me temo que…. en el fondo, toda realidad última es, o terminará sumida en esa sombra. Este es uno de mis últimos descubrimientos, mejor dicho presentimientos.

A veces me abandono y me dejo arrastrar por mi miedo, y cuando todos se acuestan apago las luces. De inmediato unos hilos espesos me rodean, como el humo espeso de una pipa, y comienzan a danzar entorno a mi. Primero casi ingrávidos, apenas les noto. Siento una especie de congoja. Un helor que cada vez mas me penetra. Una sensación de desmaterialización progresiva, como si una carcoma ínfima empezara su demolición desde lo mas intimo de mi alma. Y poco a poco voy notando ese vacío, el hueco de un canuto misterioso que se confunde con la noche, que reververa en mi interior, como un ligero sollozo o un quejido aún poco constituido.

Generalmente, una estrella me saca del aturdimiento y recupero una mínima chirla de conciencia; lo suficiente para querer expandirse. Otra vez salvador por la campana. ¡ El Universo se confabula para recuperar lo que le pertenece, me digo. Y enciendo todas la luces de mi casa. Y despierto a toda mi familia, que me mirar asustados y creen que voy perdiendo cada día un poco más la cabeza. Pero a nadie le deseo tal infierno. Y me temo que yo pueda ser un abanderado, un paladín de una causa de antemano perdida. Un incomprendido ,mucho mas que un enajenado.