ALGUNAS CONSIDERACIONES PEDAGOGICAS

Cuidamos nuestro jardín con esmero y delicadeza; ponemos los medios necesarios para que crezcan las flores más hermosas y delicadas; educamos a nuestras mascotas sin escatimar esfuerzos, en vistas a un programa de perfección por el ensayo; y no somos capaces de educar a nuestros hijos con ese amor razonable y carente de egoísmo, que requiere no educar a “algo nuestro”, sino a alguien que, como nosotros, tiene derecho a vivir su vida; a escoger sus medios; determinar sus fines; y desarrollar el “programa de libertad” que todo ser lleva dentro.

El hombre es un ser social, que habita en un medio que le exige una serie de respuestas uniformes o comunes en base a coaccionar el origen espontáneo de la actividad individual. Individualismo y Comunitarismo, son los dos polos antagónicos entre los que vive el hombre.

El hombre, ser contingente, sufre entre la necesidad de coordinar un programa educacional con el cual asumir los roles que le sitúen entre los dos polos hacia los que tiende su actividad, con la menor merma posible de su integridad individual.

La persona, es el sujeto donde se manifiesta la libertad individual del yo y la necesidad de su represión comunitaria. Pero la necesidad de la represión a través de los usos y costumbres no es inherente al individuo humano, sino a la persona.

El niño, foco original del hombre, nace con una tendencia individual totalitaria por la que todo tiende a centrarlo en él. Pero su egoísmo original no es tal, si tenemos en cuenta que, ni tan siquiera es consciente de su existir individual, sino que solo es el centro de una serie de procesos físicos y orgánicos, un atractor de sensaciones y vivencias orgánicas en gran parte indiferenciadas o reflejas. Más tarde, a través de un proceso de objetivación en el que aparece “lo objetable” como algo exterior, reacciona con un proceso de interiorización o ensimismamiento, que en varias fases se irá desarrollando por la tensión creada entre el “exterior o mundo” y su “interior o yo”.

Frente a la rebeldía de las cosas, el individuo responde con la conciencia: captación de las cosas por sus imágenes y representaciones. Más tarde, mediante el proceso de generalización extensiva, el individuo capta lo genérico de las formas y crea los conceptos, definición intensiva de las formas.

Esto no deja de ser un proceso de síntesis, que se realiza en el seno del mismo individuo. Así, el ser, mediante el ensimismamiento y la huida, aprende lo universal en su esencia, apareciéndosele la necesidad comunitaria como un recurso no deseable en sí mismo pero necesaria para sí mismo.

De todas formas, este proceso descrito desde el interior del individuo tiene una manifestación exterior paralela, pues el hombre nace en un medio físico, rodeado de otros hombres: su familia. La aceptación de estos es gradual y progresiva, como la toma de conciencia de su importancia. Y se llevaría a cabo a través de una serie de fijaciones afectivas y según algunos psicólogos, no carentes de un cierto interés erótico (fijación a la madre, como fuente nutricia; al padre, como representante simbólico del poder absoluto que se interioriza; a su propio sexo o mejor género, captando lo específico de su individualidad; y al “otro sexo o género”, como aceptación plena del otro que no es él.
Los métodos pedagógicos, han de tender a asegurar y garantizar este proceso y mantener el equilibrio y la tensión necesaria, para que el futuro hombre, libre en absoluto del peligro que se cierne con la inclinación excesiva hacia uno de los polos; caiga o bien en el exceso de comunitarismo, que conducirá a la automatización de sus respuestas por la pérdida de las imágenes que conlleva todo gregarismos; o a la tendencia a la enajenación mental y la consiguiente soledad, que comporta la invasión excesiva de imágenes, que de una forma agresiva termina con el mismo núcleo de la individualidad por disociación y con la misma destrucción del propio concepto de persona.

Pero no debemos olvidar que el hombre es un ser tridimensional: Habita en la esfera fisico-biologica, lo que exige la educación de todas sus funciones y el desarrollo apropiado de sus organos;habita en la esfera intelectual, con la necesidad de velar por la salud mental necesaria; y en la esfera de los sentimientos, tendiéndose a olvidar que también requiere un desarrollo armónico y progresivo que tienda , por una parte, hacia la universalización del sentimiento, y, por otra, hacia la individualización del mismo a través del placer consentido.

Se me pregunta sobre la utilidad de la televisión en el proceso educativo. Cualquier método o medio que se utilice por finalidad pedagógica, podrá ser útil, o dejara de serlo y será perjudicial para el hombre en el proceso de su ser constitutivo, como persona, si no cumple, altera o destruye o moscaba, cualquiera de las dimensiones en que ha de vivir o desarrollar su actividad vital. Concretizando, la televisión puede atentar contra la individualidad mediante la creación de imágenes exteriores al televidentes, y estableciendo una disociación evidente entre la imagen y el esfuerzo requerido para producirla; entre la visión y la explosión sentimental que debería generar en su proceso de expresión.

Así pues, rompe la conexión entre el Mundo y el Individuo a través de la imagen y determina una fijación vacía y sin tensiones entre la curiosidad inquisitiva del niño y la capacidad inmediata de la respuesta. Estos, son algunos de los factores negativos del medio televisivo como factor pedagógico, tal como se me ha pedido. Pero no quiero terminar, sin hacer constar que todo proceso, instrumento o método, es como una espada de dos filos, y aquí solo hemos analizado la vertiente negativa.